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viernes, 28 de junio de 2013

El espia René Gonzales Sehwerert es visto en la #SINA


Tendrán que cambiar el slogan.


En la tarde del lunes 6 de mayo, al salir de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en la Habana (SINA). Observé, que se encontraba presente en la instalación, el señor  René Gonzales Sehwerert, uno de los cinco espías cubanos, aprehendidos por el gobierno norteamericano, en el siglo pasado.

Escoltado como si fuera un capo de un cartel mejicano, por individuos vestidos con guayaberas blancas, casi podría confundirme entre ellos. Porque también vestía con una prenda similar.

Pero ni intentarlo siquiera, porque además andaba con un portafolio, no fueran a inventar, que podría traer un arma para dañar al susodicho. Por eso desistí de acercarme al lugar.

René, quien  se hallaba cumpliendo tres años de libertad vigilada, después de haber cumplido  trece años de prisión. Estaba, supuestamente llevando a cabo, el trámite para renunciar a la ciudadanía norteamericana.  

Decisión bastante extraña, porque la apabullante mayoría de los cubanos lo que buscan precisamente, es adquirir la ciudadanía estadounidense. Pero en fin, cada uno goza con lo que le gusta. Hay a quien le encanta comer fango y hasta cosas peores.

De renunciar efectivamente a la ciudadanía norteamericana, se podrá quedar en Cuba y habrá cesado la sanción, impuesta por la justicia norteamericana. Por lo que ya no serán cinco los prisioneros del imperio, sino cuatro y el lema tendrá que ser cambiado.

Antes pedían “Libertad para los cincos” y habría la mano para que cada dedo, representara a uno de los cinco espías presos. Popularmente le decían las cinco caritas o en la foto de los cinco, colocada en los jardines de la heladería Coppelia, le llaman “La  ensalada”. Eso por el plato coppeliano con las cinco bolas de helado.

Ahora supongo que al cambiar la frase, como que son cuatro los que quedan presos, les nombren así como; “Libertad para los cuatro héroes cardinales”, este, oeste norte y sur o “Libertad para las cuatro patas heroicas”, la mesa tiene cuatro patas y ellas son el pilar que la sostiene. “Libertad para nuestros heroicos cuatreros”. Eso de cuatreros sin confusión, es porque son cuatro individuos.

Supongo que ya caída la careta, asciendan a René a general, de brigada o de división y lo nombren director, de la Academia Cubana del Espionaje o tal vez le asignen la tarea de, reclutar incondicionales, para ser utilizados como espías.

Tal vez René pueda  impartir conferencias por todas las universidades cubanas, de cómo espiar sin ser capturado por el FBI. En lo que los cinco tienen una gran experiencia. Siempre que les enseñen, a sus alumnos, a hacer lo contrario,  de lo  que ellos mismos hicieron.

Merecen una felicitación especial,  el Departamento de Justicia y la jueza Joan Lenard. Porque liberaron a los Estados Unidos, de un peligroso espía y de un funesto ciudadano, convertido en quinta columnista al servicio de un país, que sigue patrocinando el terrorismo. Fue una jugada perfecta.

Ahora René abrumará a los cubanos con sus comparecencias y sus trovas  en la Mesa redonda y hasta en Tele sur. Menos mal que yo ni las veo. Supongo que escribirá un libro, que pocos leerán y lo presentará en la Feria cubana del Libro, en años venideros.

En las próximas elecciones le elegirán diputado, pero tendrá que esperar un poco, si no es que le guardaron algún asientico, en la Asamblea Nacional, que pasará al Capitolio Nacional próximamente. Supongo que mi barrio ganará cierta categoría.

René habrá regresado definitivamente a Cuba, con muchas más penas que glorias y cuando se hayan olvidado de él, se arrepentirá de haber renunciado, a la ciudadanía norteamericana. Con el tiempo lamentará, haber confiado en una revolución, arcaica y derruida, que se cae a pedazos.

Héctor Julio Cedeño Negrín
Periodista Independiente de Cuba.
 
Ciudad de la Habana